lunes, septiembre 09, 2013

I`m Not a Hero

Todos en algún momento (aunque sea uno solo) hemos querido ser el bueno de la historia, el que salva el día y ayuda a los demás. Es bien sabido que el malo es el que más se divierte, incluso es el más interesante pero ser bueno es algo, pues bueno y eso mata cualquier conclusión diferente (en el mundo de los Comics por lo menos).

Entonces aquí me epifanía:

Miraba series de superhéroes, lo noble que se necesita ser, a veces sin sentido, a veces sólo confían en sus sentimientos y presentimientos y lo más importante es que no importa si fracasan (no muy ocurrente en Comincs) sino que por el hecho de intentar hacer cosas buenas aún con todas las adversidades en su camino, lo intentan y eso es ser bueno. Uno tiene que ser puro de corazón, en verdad, la confianza en lo que están salvando es su mayor motivo y razón, el creer que lo que defienden es bueno y que por eso hay que salvarlo es razón suficiente para ellos. Es poético, dramático y a veces, estúpido.

Nunca lo había pensado seriamente, ponerlo en términos reales y mundanos. El país (y creo que no sólo el mío) pasa por momentos trágicos, injustos y toda la porquería que puede llegar a traer personas enfermas de poder y corruptas, personas sin una gota de buenas intenciones (tal y como aparecen el los comics). Muchos pensarían que revelarse con marchas es el inicio de combatir las injusticias en forma "pacífica", alzar la voz y bla, bla, bla. Entonces me pregunté ¿Estas personas son algún tipo de héroes revolucionarios que luchan por la justicia y libertad? Si quisiera ser algún tipo de heroína ¿no tendría que estar con ellos tirada en el Zócalo rascándome la pansa?

Bueno, el final de esa pregunta resume la respuesta, ¿cierto?

Estas personas creen en su causa... o por lo menos lo que creen que es su causa, o lo que les dijeron que estaban defendiendo. Aquí hay algo muy notorio desde mi punto de vista: No los respeto, ergo, no respeto su causa. No me importa si es una buena o mala causa (en realidad creo que no es buena), no los respeto. Punto.

No es porque sea egoísta (sí soy egoísta) pero creo que lo que me impide ser la heroína identificada con las buenas causas sin importar lo tontas y estúpidas que sean es que soy, ah, ¿cómo se dice? ¿Racional? (o malvada, si lo prefieren)

Creo en lo bueno y lo malo, es algo que he manejado desde el nacimiento, la mayoría de las veces lo puedo distinguir con una línea bien definida, que no siempre elija lo bueno es porque la mayoría de las veces considero que no es lo correcto. Obvio, lo bueno y lo correcto distan mucho de significar lo mismo.

Es bueno pelear por la justicia pero considero que no es correcto ayudar a una bola de ignorantes, manada de ovejas descerebradas que sólo siguen la corriente y que ellos mismos se provocaron el malestar. Es como ayudar a un alcohólico a conseguir más alcohol cuando siente los males del delirium tremens sólo para que no sienta dolor.

Me niego a ayudar a las personas estúpidas. Ayudaría a las personas listas pero siendo listas no necesitan ayuda (en la mayoría de las ocasiones) en caso contrario pueden ocupar la ayuda de las personas estúpidas lo cual implica que de igual forma no las ayudaría.

Entonces el resultado es que no soy una heroína, tampoco cualquier clase de villano como tantos que hay, soy más bien como Ra's Al Ghul. Sé que hay injusticias, que hay que detenerlas pero también sé que no todos merecen ser salvados. Tengo tanto de juzgona en mí como lo tiene este personaje, también soy racional y no creo en la gente por que me baso en la lógica: muchos pueden ser buenos, pero muchos de esos buenos son idiotas y entonces para mí dejan de tener interés.

Ah, sé que pueden juzgarme como la selfish bitch que soy, pero mis principios me impiden apoyar causas de personas que son capaces de escribir esto:

Personas que defienden la educación. Me pregunto si están conscientes de que están haciendo exactamente lo contrario.

miércoles, enero 09, 2013

Uno de tantos

Algo anda realmente mal con ésta sociedad en la que me tocó vivir. Bueno, de hecho hay demasiados males, sin duda que no considero en esta entrada, pero para eso tengo media vida por delante.

No confío en las personas, eso es obvio y además lógico. Nadie es enteramente confiable en ninguno de los sentidos, porque, irónicamente, aunque las personas son altamente predecibles -tanto que raya en lo aburrido- también son volubles e infames. La mayoría son títeres de otros títeres en una cadena infinita de mandos, de causas y consecuencias y reacciones que tienen que ver con sentimientos o procesos mentales incomprensibles para mí.

El último mes me la pasé tratando de demostrar que a pesar de mis innumerables talentos sería incapaz de robar una ventana, una puerta o el techo de cualquier departamento, aunque el sentido común no lo requiera. La mayoría no entendió la diferencia de dimensiones entre mi maleta más grande y la puerta principal. 

Buscar departamento me generó el mismo sentimiento de aversión que me provoca buscar trabajo.

Mi confusión crece cuando en algún lugar de ésta ciudad alguien es arrendatario de personas de ocupación cuestionable ya que por lo que pude comprobar los caseros hacen una investigación tan "completa" sobre los inquilinos que CSI quedaría opacado aún con sus cientos de microscopios. 

PD. Para cuándo el fin del mundo, pregunteme yo.