jueves, octubre 27, 2011

Turista

De esas veces que al parecer viajas en el tiempo y te encuentras en lugares que creías extintos, como la Antartida o The Hells Kitchen, y el maravilloso momento en que te das cuenta de que es tu mente la que te lleva a viajar pero sin despegar los pies del piso ni tu trasero del asiento mullido del sillón. Extraño esas veces.

Ok, es patética la descripción anterior, pero considerando que me siento un poco frustrada y mucho muy enojada (supuse que escribir "encabronada" no haría que me sintiera mejor) creo que expone mi punto a la perfección.

Ahora sólo tengo ganas de maldecir. Maldecir mucho. Maldecir en todas las lenguas en las que sé maldecir e incluso me siento lo suficientemente frustrada como para inventar unas cuantas nuevas lenguas para maldecir ampliamente y mucho mejor, porque ¡caray!, llega un momento en que golpear es lo único en la lista para enfrentar las cosas.

Fíjate, ni siquiera había pensado en las posibilidad de embarrar pasteles de crema en la cara del de enfrente, y esa, my friend, ésa es mi manera extrema de resolver conflictos.

Cuando pasas horas de insomnio tienes que ocupar tu mente en temas aburridos porque las ovejas ya no funcionan como antes, pero conociéndome nunca puedo mantener mi pensamiento en temas aburridos por lo que tenía una lista de lugares a los que me gustaría viajar solo para crear controversia, you know: entrar al Vaticano con minifalda, entrar a las casas antiguas de Japón con zapatos llenos de lodo, romper las puertas que están hechas de papel para sentirme la mujer de acero, ir a Alemania y abrazar a todos repartiendo lilas (con chaleco antibalas, por supuesto), viajar a Cuba y comprobar personalmente si Castro es inmortal, y claro viajar a China para celebrar la Navidad a lo grande.

Bueno, si se ve el lado curioso es que no tuve que viajar demasiado para sentir la represión, porque, Dorothy, déjame informarte que ya no estás en Cansas.

Resulta que ahora es sumamente ofensivo colgar una que otra bruja, pegar calabazas en las paredes y calacas saludándote.

Recuerdo que hace un año, aproximadamente, cuando me vine a meter a uno de los nidos más pestilentes de la religión y me convencí en que probar límites de los testigos sería sumamente interesante, ya sabes, controlar y estudiar la psique de los demás que viven en casa de la Sra. Kim, representaría una excelente oportunidad de experimentar un mundo lleno de restricciones mientras yo me mantendría en el límite de las limitaciones (ja, "en el límite de las limitaciones" ¿sólo yo pienso que suena absurdo?)

Bueno, las restricciones me han alcanzado y ahora de mi cabeza no puedo sacar la imagen de hacer una fogata en medio de mi cuarto y comenzar a danzar desnuda alrededor invocando al Dios de la guerra para que acabe con la Sra. Kim y la palabra "venganza" es un goteo constante en mis pensamientos.

¡Puedes irte! Me dice una de las voces, pero si algo he aprendido es que irse, de cualquier cosa, de cualquier asunto es una forma de derrota. Siempre. Así que no, me niego a adaptarme a las mentes retrogradas y estúpidas a mi alrededor o desaparecer para cederles el paso, me niego a doblegarme. Irme sería otra forma de doblegarme y a mí sólo una buena patada en el estómago me doblegaría.

Si a alguien le parece absurdo iniciar una guerra por unos simples adornos, les diré que no es la primera vez, ya alguien había provocado una guerra por unos dibujos (para ser exactos sólo fue el principio de una estrategia) y dudo que ahora subestimen el el propósito y objetivo de la defensa, o ¿es que al caso alguien puede creer que ver el inicio de una guerra por hacer caricaturas de judios comparándolos con ratas fue una exageración?, pues les diré que: ¡vaya, amigo! así comenzó el Holocausto.

Me retiro, tengo una cita con Gengis Kan.

lunes, octubre 10, 2011

Qué tal si...

Tengo una pantalla en blanco frente a mí que a mi gusto se parece un poco al lugar donde fue desterrado Jack Sparrow por David Jones, solo que sin barco, sin arena y sin sombrero. El cursor parpadeando lentamente, exasperado, quizás hasta aburrido de crear y borrar al instante ideas que no se pueden llegar a completar, que no toman forma especifica y que mutan en uno y a otro sentido a cada segundo tal vez planea cómo sabotear de antemano el escrito.

Uno podría creer que con tener lápiz y papel puede llegar a crear mundos enteros. ¿Me pregunto si a Dios le ocurrió algo parecido?, ¿y si creó al hombre por aburrimiento?, ¿y si todo esto comenzó con un "qué tal sí"?

Yo misma he creado historias que comienzan con un "Que tal sí..."

Que tal si Dios aburrido dentro de su perfección imposible creó una colonia de hormigas para matar al tiempo infinito. ¡Qué gran paradoja! Matar un tiempo infinito, es como matar a Dios mismo. 

"No jure contra el tiempo, apá, que jurar contra el tiempo es jurar contra Dios"

Cuanta razón tenía Silvano Cruz.

Y entonces vienen las dudas existenciales ¿Qué fue primero, Dios o el tiempo, Pedro Infante o la época dorada del cine mexicano, Justin Bieber o la estupidez adolescente? Bueno, creo que lo último todo mundo sabe la respuesta. 

Uno puede crear las mejores cosas debido al aburrimiento, o cometer los peores errores de la vida, fue por eso que preferí abrir una página en blanco. Crear a alguien es muy jodidamente complicado, como la vez que cree mi primer pan francés y termino como chilaquil. Lo peor fue que me lo tuve que cenar. Devorar nuestras creaciones tampoco es fácil, tal vez es por eso que Dios prefirió jalar la cadena del drenaje y que nos fuéramos por una tubería a tragarnos, tendría que tragarse sus errores. Literalmente.

Que tal si somos solo una mala broma de Dios para con su hijo:

"Mira hijo, creé ala humanidad, ahora ve alimpiar los pecados de estos, deja que te crucifiquen y al tercer día regresas para celebrar tu triunfo" ¿y cuál fue el resultado? Llega Jebús todo madre... crucificado y al mirar a su padre lo encuentra muriéndose de la risa y mira hacía atrás y ve que aquello, su intervención trajo una ola de convertidos fanáticos que lo convirtió en estandarte de sus fechorías.

¡Ay no, de nuevo con los problemas religiosos!

Que tal si somos la venganza de Zeúz contra Jebús. Que tal sí todo esto lo escribí para evitar dormirme en el trabajo.

Que tal si mañana comienza el apocalípsis zombie y yo sin practicar mi tiro a la cabeza.