Bond, Vaticano Bond

Hace un poco más de un mes acabé un tan odiado panfleto sobre el creacionismo, el cual acepte leer por mi gran precipitación a querer leer todo lo que se pueda leer, pero ya aprendí que hay que tener cuidado con lo que damos de comer a nuestro cerebro. Ya había celebrado que tal tortura hubiera pasado junto con el complejo de Severus Snape de escribir sobre los margenes de dicha publicación señalando los errores y blasfemias publicadas (si puedo utilizar la palabra "blasfemia" ¿verdad?), pero hace poco volvió mi vecino cristiano trayendo consigo una "revista juvenil" sobre lo mismo.

Supongo que al menos alguna vez por error se han atrevido a ver la segunda parte de algún filme que desde el principio fue basura, ah, pues así mismo siento en este momento, pero con la simple portada no me dieron ganas de siquiera abrirlo, dado que era del mismo azul turquesa que el panfleto anterior así que evitando una embolia cerebral y herir los sentimientos cristianos de mi vecino guardé la "revista juvenil" en el archivero que ya nadie abre. Soy un genio.

Ahora viene la fase de preguntas:

¿Qué parte de "soy wicca", "soy atea", "soy pastafarista" no se entiende, o no quiso entender mi vecino?, ¿porqué no deja las cosas tal y como están y seguimos llevándonos bien?, porque oh sí, él es una de las pocas personas con las que mejor me llevo en mi trabajo, lo cual demuestra que no soy prejuiciosa, pero todo se va al carajo cuando viene con su propaganda lava-cerebro.

Otra cosa que achacarle a la religión: Evita las buenas relaciones interpersonales y laborales.

Pero bueno, para no tener que referir nada relacionado con semejantes publicaciones que no tienen otro objetivo que volvernos zombies y antes de que más de un lector comience a repetir cosas insensatas les voy a referir algo bien curioso... o por lo menos para mí lo fue.

Revista Muy Especial. Historia.

Porque sí, aunque no lo crean soy fanática de la historia, en especial lo referido a la segunda guerra mundial, la revolución e independencia mexicana. Si, si, ya sé que parezco toda una nerd, pero es que si le dan una oportunidad a la historia humana, los puede sorprender, horrorizar y desesperar tanto como el libro de conspiraciones de cualquier escritor que se les ocurra.

En este número se habla del espionaje mundial, desde los inicios hasta la modernidad y muy pocos son ignorantes con respecto a los juegos de poder en los que ha participado la religión y la iglesia, sobre todo el vaticano, como los micrófonos en este cuando todavía vivía el inmortal Juan Pablo segundo (hablando de hierba mala...).

Como todo mundo sabe la información es poder, y una institución tan poderosa como el vaticano no podía quedarse sin poder, por lo que "ideo" formas de conseguir información dentro de los estándares "éticos" que maneja, es decir, según las normas que rigen sus vidas.

El secreto de confesión vino a ser su gran salvación y un arma bien poderosa en cuanto a tráfico de información, y miren si son expertos no sólo en las interpretaciones de la biblia, si no también para lo que les convenga.

La estrategia era sencilla pero muy efectiva, segura e infalible:

Personas con poder suelen caer ante la religión, sea cual sea; en este caso enfocándonos a la católica, grandes mentes han tenido "confesores", miembros de la orden religiosa más grande en el mundo. Estos confesores escuchaban de la propia boca información importante sin intermediarios, pero uno pensaría que siendo el gran famoso y respetado "secreto de confesión" no puede ser revelado a otras personas, pero ellos encontraron una forma de burlar su sacrosanto juramento, y la respuesta es sencilla: El mismo secreto de confesión.

Esta práctica es una cadena bien segura. Los padres o sacerdotes también se confiesan y fue por este medio por el que empezaron a intercambiar información, la cual podía llegar a los oídos del mismísimo Papa en turno y así poder tomar decisiones y previsiones dependiendo de lo que se escuchaba en el confesionario.

¿A poco no son mañosos?, pero si uno lo piensa un poco ¿quién nos asegura que esto ya no se practique?, yo les responderé: Nadie.

Dicha práctica puede llevarse a cabo ahora mismo. Podría ser una de las razones por las cuales dicha institución aún tenga tanta influencia hasta nuestros días, porque en estos tiempos ¿quién puede creer aún que Dios señala reyes?, así que para los que son creyentes y practican eso de confesarce con personas que tal vez son mas infames que los confesados piensen dos veces qué clase de información se da porque podría terminar en unos meses en los oídos del Benedicto, sin contar todos los intermediarios.

Ya no voy a menospreciar el ingenio de los clérigos, no es bueno, pero no deja de ser ingenioso.

PD. ¿Alguién se imaginó a Benedicto con lentes negros y un martini en la mano?... ¿nadie?... sí, creo que yo tampoco.

La verdad no es necesario imaginarlo. Chequenlo ustedes mismos.