El oscurantismo es una sombra que se posa sobre mentes miedosas e irrazonables, una sombra que fácilmente puede alcanzar y cegar al hombre quien en medio de ella es capaz de hacer los actos más crueles y despiadados sintiéndose a salvo dentro de aquella ceguera intelectual.
El oscurantismo se dio originalmente en la edad media con el único y firme propósito de evitar el cuestionamiento de los dogmas religiosos. Su máximo guardián, obviamente, fue la Santa Inquisición.
Durante el Renacimiento Florentino, por el año de 1947 un monje de nombre Girolamo Savonarola se le ocurrió que la gran Italia era una sociedad pecaminosa e hizo lo que años después se conoció como "Las Hogueras De Las Vanidades", donde en la celebración de un carnaval (febrero 7) incitó a la quema de objetos relacionados con la vanidad: espejos, maquillajes, vestidos de moda e incluso instrumentos musicales; libros inmorales en los que se encontraban obras de Bocacao y Petrarco; pinturas sobre temas mitológicos incluidas obra de Botticelli (que el mismo Botticelli echó a la hoguera) y demás.
La idea original de tales quemas se remonta a la edad del mismo oscurantismo y en particular de Bernardino de Siena quien es considerado un santo entre los Cristianos.
Saltando el "gran charco", en América, quien se encargó de eso fue otro religioso (para variar), Fray Diego De Anda quien en 1562 quemó el libro sagrado de los mayas Popol-Vuh.
Es increible que ahora se vuelva a repetir tales actividades por los mismos ideales que hace quinientos años causaron guerras, torturas y etcétera, etcétera.
El monje Savonorala de nuestra actualidad, el ahora famoso Pastor Terry Jones que hace una semana causó un gran alboroto por anunciar la quema del Corán en el aniversario del 11-S se arrepintió de sus declaraciones y afirmó que no quemaría el Corán, pero aquí me pregunto: ¿De qué sirve si el daño ya está hecho?
Consecuencias de tales muestras de oscurantismo del siglo pasado ya han dado resultados nada agradables:
"Starway to Heaven" de Eugenio Menno. La imagen habla por sí sola. |
14 muertos por manifestaciones contra Jones en India, Pakistan y Afganistan; 3 muertos en Cachemira, 40 heridos en Kabul sin contar las agresiones que han sufrido Cristianos en ésos países por extremistas musulmanes y todavía lo que falta.
Ahí está el costo de un libro. Lástima que no sea un libro que valga mucho la pena... para muchos.
Ahora bien, aunque el pastor puede llenarse la boca alegando que no es culpable por no haber cumplido su amenaza, eso no importa pues aún así origino lo que ya se temía: represalias por un pueblo no muy tolerante y que cree que es su objetivo acabar con la cultura corrupta e infiel, la cultura occidental.
Aquí hay un hecho innegable: ambas ideologías son extremistas, ambas son intolerantes, amabas llevan escrito en toda su historia las palabras: guerra y muerte en sus historias y son capaces de llegar a lo más bajo y cruel de la humanidad en nombre de su ideología. Son más parecidas de lo que quisieran aceptar, pero lo peor no es éso, si no los daños colaterales que ya han empezado a caer sobre inocentes, y todo por un libro.
Esto sonará como a película gore, pero...
"No importa quién gane, la humanidad pierde"
Ahora a celebrar la independencia de México... mientras yo trabajo. ¡Carajo!
6 comentarios:
Excelente marcia.. de verdad
que si..
como siempre dejando este maravilloso aporte.. :)
y que viva Mexico no?.. ahi escucharas decir " Y VIVA LA VIRGEN DE GUADALUPE "
Gracias por restregarme la celebración y descanso que me estoy perdiendo.
Fumó de la mala el tipo ese no?? O.o como quemar un libro de valor histporico solo por una tarugada que (vamos siendo francos) no tenemos la menor idea dee cómo fue que sucedió??
Pero en fin... les dije que los hombres no estaban evolucionados.
Por algo se llamaba oscurantismo, lástima que aún haya quién quiera regresar a las viejas andadas.
Saludos, Lobita!!
Pero si quemaran la Biblia... ni imaginarlo.
Es lo malo de los extremos, no hay por dónde.
saludos
PD: No estuviste sola, yo tampoco tuve el día libre.
Gracias por el apoyo moral Guerrero.
En cuento a los extremos, quizá no es lo más recomendable, pero sí lo más fácil.
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